Anclada por doquier

  Existen lugares que tienen el poder de desconectarnos de las rutinas que envuelven la cotidianidad, lugares llenos de salitre donde se combina la arena, las olas y un fresco viento que hacen de este paisaje el preferido de muchos.  Las playas tienen esta riqueza, sus aguas siempre a temperatura, permiten a todos los que disfrutamos de este ambiente disminuir por así decir las revoluciones de nuestro día a día y los niveles de estrés a los que nos enfrentamos. Recorrer su orilla en horas tempranas recibiendo ese sol cálido que brinda la mañana es una de mis costumbres al visitarla, antes de entrar a sus aguas y sus efectos de calma y bienestar son para mi notorios en lo inmediato.  República Dominicana, isla del caribe que contiene hermosas y paradisíacas playas. Nombrando algunas de las principales: Isla Saona, Cayo Levantado de Samaná, Playa Rincón, Playa Grande Río San Juan, Playa Bávaro, Bahía de las águilas, Punta Rucia, Playa Cosón de las Terrenas, Playa Front...

Hace unos años empecé a profundizar en una simple y poderosa palabra, Gracias , mientras más la pronunciaba mucho mejor me sentía y descubría sus efectos en mí y en las circunstancias que me rodeaban. Es que no tienes que sólo decirla a los demás porque agradeces algo recibido, es esa voz nuestra interna que siempre anda juzgando todo cuanto nos rodea, pensamos o accionamos. Trabajar en ello es toda una tarea que podemos lograr con la práctica y es que todos en nuestras vidas, por más difícil que pueda parecer, tenemos miles de razones por las que sentirnos agradecidos.  Te propongo las siguientes técnicas y preguntas que en lo personal, me resultaron para ir ejercitando esta palabra:  Elige un momento del día, puede ser al despertar, en la tarde o antes de ir a dormir, piensa 3 cosas por las que te sientas agradecido. Recuerda que no tienen que ser grandes cosas, en lo simple se esconden poderosas fuentes de felicidad. Identifica que cosas das por sentado que no agradeces, em...